Comencemos definiendo lo que es procrastinar. Procrastinar significa aplazar actividades por otras. En otras palabras, no hacer lo que sabes que deberías hacer y, en vez, realizar otro tipo de actividades que te resultan más fáciles o placenteras. A casi todos, en cierta medida, nos sucede esto y puede ocurrir en cualquier ámbito de la vida, ya sea en el trabajo, en la salud, en relaciones, etc.
¿Por qué sucede esto? ¿Cómo podemos evitar la procrastinación? Si lees este artículo hasta el final podrás entender la razón de fondo de porque aplazamos actividades importantes y así podrás tomar acción frente a ello.
Es muy común que muchas personas se pasen el día ocupadas haciendo un montón de cosas, pero al final del día, quede pendiente algo inconcluso que era sumamente relevante. Qué típico es comenzar el día, revisar la lista de cosas por hacer y comenzar a realizar las tareas más simples que creo que implicarán menos tiempo o esfuerzo y, por ende, aplazar tareas más importantes a las que les tengo que destinar más energía. O pensar en esa llamada que me gustaría hacer a algún familiar o amigo, pero me digo “lo llamo mañana” y ese mañana nunca llega. O cuando alguien quiere incorporar un hábito como el ejercicio o la meditación, y tras despertarse dice “más tarde lo hago” pero a medida que pasa el día las prioridades cambian.
La procrastinación es una herramienta que usa nuestro Ego para que no cambiemos. Recordemos que la función de nuestro Ego es mantenernos en nuestra zona de confort, debido a que piensa que esa es la única manera de mantenernos a salvo y así sobrevivir. Esto es algo sumamente inconsciente y requiere práctica y observación continua para poder detectar cómo nuestro Ego influye en nuestros comportamientos. Entonces, cuando nuestro Ego nos dice “tranquilo, eso lo puedes hacer después” lo que está buscando es que no lo hagas porque tiene miedo a algo. Ese miedo puede parecer muy ilógico, sin embargo, está arraigado profundamente en nuestro subconsciente y es fundamental detectarlo para poder trabajar desde ahí nuestra procrastinación.
¿De qué tipos de miedos hablas Pablo?
Esto dependerá de cada caso y cada persona. Algunos ejemplos pueden ser que aplaces tareas importantes por miedo al éxito laboral, ya que piensas que ese éxito vendrá acompañado de mayores responsabilidades, más trabajo y menos tiempo para hacer cosas que te gustan. Otro ejemplo puede ser que aplazas tus cambios de hábitos relacionados a la salud debido a que tienes miedo a cambiar tu manera de verte y llamar la atención o generar envidia en tu entorno. Repito nuevamente, pueden parecer ilógicos, pero es importante entender que estos miedos se formaron en algún momento de nuestra niñez o adolescencia según lo que se nos enseñó, vimos o experimentamos.
Por lo tanto, te invito a preguntarte en qué áreas y actividades en tu vida sueles aplazar lo que sabes que deberías hacer primero. Intenta escribir un poco acerca de esto, escribe absolutamente todo lo que se te venga a la mente y pregúntate ¿cuál es el miedo que hay detrás de esta procrastinación? Estoy seguro de que vas a poder darte cuenta de muchas cosas.
Por último, algo sumamente importante para salir de esa energía de miedo es establecer objetivos. El proceso que yo uso llamado “Objetivos Basados en Identidad”, es un proceso que te permite ir a la raíz de lo que deseas y generar ese fuego interno necesario para conseguir las cosas. Además, incluye la creación de esa nueva identidad que quieres para ti, en otras palabras, eres tú quien crea la figura de tu nuevo Ego. Es absolutamente poderoso hacer esto. Si te interesa saber más sobre este proceso te invito a leer un artículo que publiqué en donde explico más detalle sobre este. Luego si te quedan dudas me puedes escribir y con gusto te guiaré. El artículo se llama "Que no se te pase otro año más".
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