¿Sabías que al día tienes en promedio más de 50.000 pensamientos y más del 80% de ellos suelen ser exactamente los mismos que el día anterior? Como tus pensamientos determinan lo que sientes y lo que sientes determina como te comportas, esto quiere decir que estás repitiendo las mismas acciones una y otra vez de manera automática debido a los pensamientos que tienes en tu mente. Y esto está determinando tu realidad, es decir tu vida.
Observa tu vida. Sé sincero contigo e identifica qué aspectos realmente quieres cambiar en ella. ¿Qué te tiene cansado o cansada? ¿Qué acciones que sabes que no te sirven estás repitiendo una y otra vez? Observa cada área de tu vida, ¿cómo es tu realidad financiera? ¿tu carrera? ¿cómo está tu salud? ¿tus relaciones? ¿cómo te sientes en cuanto a tu desarrollo personal y espiritual?
Seguro que puedes observar muchas cosas que te gustaría cambiar y una pregunta que te puede surgir es ¿cómo lo cambio y por dónde empiezo?
Comencemos por las bases. Cada ser humano cuenta con una propia Identidad o Ego, el cual fue establecido durante nuestra niñez y adolescencia según lo que vivimos y se nos enseñó. La función de este Ego es proteger a toda costa nuestra zona de confort que es una serie de creencias fijas alojadas en nuestro subconsciente que determinan nuestro comportamiento. El Ego, al proteger esta zona de confort busca nuestra supervivencia, ya que cree que cualquier cambio en ella nos llevará a la muerte. Este Ego determina también nuestra autoestima, de qué nos sentimos merecedores y cómo creemos que el mundo nos ve.
¿Y cómo opera este Ego exactamente? Creando pensamientos que nos impulsen a mantenernos en esa zona de confort.
Me imagino que ya vas viendo por qué es difícil cambiar cosas en la vida. Tenemos un Ego que busca que no cambiemos y para ello genera pensamientos que se repiten día tras día y estos hacen que tengamos los mismos comportamientos una y otra vez. Cada vez que intentas cambiar, el Ego busca la manera de que no lo hagas y la mayoría de las veces te convence.
Al vivir de esta manera, estás dejando que tu pasado determine la realidad en la que vives. Estás dejando que todo lo que se te enseñó de pequeño, cuando tu cerebro solo absorbía sin discernimiento, determine quién eres hoy. En otras palabras, estás permitiendo que personas de tu pasado determinen cómo es tu vida hoy en día y no estás siendo TÚ quien crea su propia realidad.
La buena noticia es que hay otro camino, el de crear una vida en la que no sea tu Ego quien tome las decisiones, sino que seas TÚ quien decide.
Debes comenzar por darte tiempo para analizar tu vida. En qué sientes plenitud y en qué no. Esa primera observación te ayudará a crear consciencia y así definir qué es lo que te gustaría cambiar. Esto te llevará a que te pongas objetivos y es importante que tengas objetivos para cada una de las áreas antes mencionadas, es decir, para tu carrera, finanzas, salud, relaciones y desarrollo personal/espiritual. Si dejamos una sin considerar, no encontraremos el balance y tarde o temprano vamos a caer en los mismos hábitos de siempre.
Una vez defines tus metas, creas un plan con pasos concretos que debes realizar para crear esa nueva vida. Y ahora vendrá lo más importante. En un principio tu Ego va a hacer TODO lo posible para que no cumplas con el plan que te propusiste. Observa esos pensamientos y observa también qué emoción se te activa en tu cuerpo. ¿Estás sintiendo dudas? ¿Ansiedad? ¿Frustración? ¿Qué es lo que estás sintiendo? ¿Qué es lo que está provocando tu Ego? Cuando te conviertes en el observador y dejas de mimetizarte con esos pensamientos y emociones te das cuenta de que no eres el Ego ni esos pensamientos ni esas emociones, tú eres quien observa y, por ende, tú eres quien decide que hacer luego de observar. Ahí es cuando debes tomar la decisión de seguir con lo que te propusiste a pesar de toda la resistencia, las excusas y la incomodidad que el Ego provocará en ti. Cuando eres capaz de sobrepasar esas dificultades le estás quitando fuerza a ese Ego, es decir, le estás quitando fuerza a tu pasado. No estás dejando que tu pasado decide automáticamente por ti, sino que tú estás tomando control de tu mente consciente y, por ende, las riendas de tu vida.
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